Te envío letras hechas con figuras del azul. La soberana idea de que son gotas de pinturas manchando el aire, allí entre las partículas atmosféricas; danzantes en la gracia de los estudios como escenarios de madera.
Letras que viajan en telegramas, noticias, mensajes, pasajes, las fotografías que son mil letras en un anagrama de sombra y luz.
Me gustan esas letras que se escriben en los momentos creíbles, los grandes hechos vistos desde la pupila de un espectador. Allá, ajenos. En tercera persona. La Quinta Dimensión.
Me gustan esas letras sublimes y efímeras de rebelión en los muros. De niños en graffitis, los fanatismos, las religiones, los travestis, las políticas y el sexo.El 4:20 subliminal. "Los tiempos muertos en la ciudad". Bansky vacío. Los afiches viejos y las locuras anárquicas hechas vanguardia.
Cada sílaba, cada fonema que despegan de los labios, del flotante eco que dejan esas húmedas palabras. De la frase dicha en el silencio. De las palabras escritas con el cuerpo. Del gesticulador y su contenido. El signo y el símbolo. El emisor. El mensaje. El receptor. El medio para solicitar la categórica letra ácida.
Hay letras sucias y sensuales, de tácita verdad, al revés y sobre la inversa. Bajo cero, bajo tu voz. Hay letras ensayadas, improvisadas, rezadas, romanizadas, ramificadas y saturadas. Hay letras en cartas, en facturas, en mensajes privados, en canciones y calles, en libros, en lenguas, en los titulares televisivos; en la imaginación.
Hay letras constructivas, colectivas, conservadoras, contagiosas, cortas y tontas. A veces no hay letras y hay números. Otras vez no hay ninguna de las dos y sólo estás vos.
Hay letras para escuchar y deleitar. Me gusta escucharte y cuando escuchas el silencio. También que hayan letras implícitas en la vida. Que los abecedarios sólo tengan veintisiete letras y más allá de eso me gusta la creación con ellas. Que sean mayúsculas, visibles, tangibles y servibles. Que rimen y no. Las consonantes, las disonantes, el armónico español y el sol.
Me gustan las letras en cursiva, en japonés, en la piel y sobre todo que sean más de cien. Me gustan las imágenes escritas, encriptadas y codificadas. Me gustan las encrucijadas, los trabalenguas, los crucigramas y las letras caseras.
¿Qué más da? Me gusta comer flores, que la letra F sea un ligero viento entre los dientes del frente y que las vocales sean fuertes. Me gusta leerte y que yo a veces solo tenga suerte. En fin, me gustan las letras que caen y son directas. Que hablan y sienten. Que recuerdan y tiemblan. Me gusta combinar las letras y vivir en ellas.
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