I.
Fase: HAMBRE, RAZÓN E IRA.
“…En virtud a la perfección El Dios de Cada Quién
se creó semejante a sí mismo según su prototipo ideal, sin embargo cuando la ira
apuñala a la razón el hombre deja de ser hombre para transformarse en polvo.
Cuando el polvo nubla los ojos, la máquina de pensamientos se atasca y el
humano llega a sus límites. Los impulsos entre lo cierto e lo incierto se
reflejan en un rostro violento de antipatía, odio y lamento. Momentáneamente
los pecados capitales son incorregibles, todo aquello establecido por la lógica
y el sentido común muere, y en su cuerpo inerte se lleva el recuerdo. Al cabo
de un tiempo el organismo se reprograma para volver a su estabilidad, para lo
que es necesario una homeostasis tanto interna como externa y así calmar
las reacciones causadas por una maquina imperfecta, por un cerebro que aún le
hace falta aceite, tuercas y una que otra pulida con la saliva de Dios...”
Algo así dijo aquel hombre de aspecto sucio y
desalineado, se decía que era un ermitaño demente y maniático, había sido
desterrado por sus ofensas en contra de la corrupción y manipulación del
Kratos. El viejo era un miembro de alto cargo en el Consejo Supremo, y fue
degradado a vivir una eternidad en la oscuridad lejos de la sociedad, el
ermitaño llevaba ya 21 años dentro de la prisión donde se la pasaba en quejas y
maldiciones de puros disparates. El anciano de trapos grises y de pocos dientes
en su mandíbula continuó balbuceando otras de sus realidades omnipresentes
mientras su mirada fija y vacía se perdía entre los destellos del fuego recién
encendido:
“...Desde la concepción de un ser en el óvulo del
entendimiento, se han dado varias teorías sobre cómo lograr una sociedad
balanceada en temas económicos, políticos, sociales, religiosos, militares,
profundizando aún más en la educación, la salud, la comunicación, el
transporte, y en última instancia la comodidad personal, pero ¿cuál comodidad
existe cuando un pardo de idiotas tiranos conquistan y destruyen esa libertad?
QUE LOS MATEN A TODOS, QUE DESMIEMBREN A LOS MALDITOS…”
Ha pasado tiempo desde el reacomodo del universo
provocado por la fisión de galaxias y las colisiones de las grandes estrellas
distantes al Sol, lo cual ocasionó pérdidas de planetas con y sin vida a lo
largo del cosmos. La vida en la Tierra es totalmente diferente a como se
conocía en el pasado, llegando al punto que los calendarios gregorianos son
obsoletos; los agujeros entre el espacio temporal han causado variaciones y
dudosas formas de cómo medir el tiempo, ni siquiera la física actual puede
explicar los vaivenes cuánticos que hay en órbita. Los días pueden ser de un
minuto e inclusive se logra deslumbrar el sol pasar ante los ojos, hay épocas
donde los días son de un año y las noches no más que un recuerdo latente. El
aspecto social se vio modificado por un retroceso tecnológico a nivel mundial,
la electricidad no existe y el registro del calentamiento global aumentó marcadamente,
sin embargo la humanidad se vio recompensada por un súbito aumento en el
existencialismo individual y colectivo.
Buscamos más allá que vida en este deteriorado
planeta, estoy completamente convencido de que somos los últimos de nuestra
especie. No hemos tenido contacto con personas de otras regiones en varios
siglos. Hasta donde recuerdo los tres grandes continentes fueron convertidos en
pequeñas islas por los terremotos colosales. Las sociedades digitales y
consumistas no fueron capaces de resistir el cambio natural del planeta, pues
se encontraban sobresaturadas de industrias y población, que con las primeras
sacudidas la mitad de Europa Oriental sucumbió a un caos de muerte. Todos estos
fenómenos trajeron graves consecuencias, como la gran lluvia ácida de los mares
del Norte o las inesperadas erupciones volcánicas de los montes del Himalaya en
Asia y del Kilimanjaro en África.
Curiosamente la vida continúa como por instinto a
una verdadera tendencia de supervivencia. La inteligencia del planeta mostró su
ingenio y una serie de islas desoladas provenientes de todas direcciones se
ordenaron una en frente de otra, creando barreras naturales y aislándonos por
completo.
Como parte de una deriva genética habitaban dos
pueblos vecinos en algún lugar oculto entre las montañas de la antigua
Centroamérica, una única aldea y una única ciudad se disimulaban por el follaje
extenso y pesado de los bosques a su alrededor, creando microclimas ideales
para la vida verde y semiorgánica, la vegetación creció irracionalmente, era
común ver frutos del tamaño de paquidermos. Las casas, carreteras, edificios,
automóviles y cualquier creación del hombre antiguo habían sido conquistados
por helechos gigantes que entre rama y rama se iban reproduciendo a lo largo
del territorio. Más allá de donde los ojos alcanzan a ver se establecieron los
musgos briofitos en las orillas de los ríos y un increíble paisaje a lo largo
de las cataratas formaba las aguas de los muertos.
Nuestros municipios intercambiaban entre sí
diferentes artículos no obtenidos entre los límites de sus países. Se dividían
en la región oriental, dónde era habitual hacer análisis sensoriales de los
conocimientos que con cordura cada pueblerino mostraba. Vivían en una armonía
extrema los unos con los otros, superando la utopía anárquica propuesta una
vez, la cual entre la combinación del ser egoísta y solidario creaban la
impresión de una sociedad perfecta. Era un pueblo influyente dedicado a las
ciencias e historias. Eran los protectores de enormes bóvedas de arte y
archivos de filosofías cómicas. La arquitectura del sitio variaba a los pocos metros de calle, desde un estilo barroco y renacentista de cúpulas de marfil y platino, hasta un impresionismo contemporáneo al dosmil quince en murales y fachadas de
mosaicos con cerámica, muchas esculturas eran combinaciones del Art-land entre
vidrio, óleo y arbusto. Encontraron su auge en el siglo del Mundo Renovado,
después de años de evolución, selección y estudios del significativo estilo de
pensar. La única ley allí era decir o formular una pregunta. Este lugar
se llamó Nuevo
Infinito, unas tierras regidas económicamente por una efectiva palabra:
"Si". La idea sencilla de condicionar la premisa era su forma inicial
de comunicación y eventualmente su forma de obtener dinero. Así que si por ley
se formulaba una pregunta y no se hallaba la forma de responder claramente, se
planteaba una hipótesis existencial, de hecho está es la forma de cómo
actualmente pagamos por servicios y subsidios. Puede ser trivial, pero
funciona.
Por el contrario, los altos mandos del pueblo
vecino eran racionales, sobrios de coraje y más sagaces a la hora de tomar una
decisión, que claramente afectará su suerte a corto plazo. Es de saber que la
ciudad del occidente fue llamada Sýn. Yo soy Hambre, provengo de
esas tierras, pero mis padres son Neoinfinitences. Me presento como el
distribuidor de comidas en el campo de trabajo. Vivo en la comunidad de Los
Sentidos, aquí cada ciudadano representa una emoción. Mi posición y función es
tomar el control de la ciudad en constantes ocasiones, con el fin de saciar
unas breves necesidades que hay en común, comer. Esta es la energía principal
para el continuo movimiento que nos armoniza. Un grupo de artesanos
Neoinfinitences construyeron El Odiur un enorme campanario colocado
estratégicamente en la cúspide del cerro Kamuk, o así era como se llamaba
hace unos 500 años, no estoy muy seguro.
Esta campana fue fundida con la aleación de
metales más puros nunca antes vistos, su vibración y eco eran placenteras notas
armónicas de bajo tono que estimulaban el oído humano, la mayoría se
paralizaban al son de cada golpe, esto daba paso a conectar neurológicamente
las ansias del continuo movimiento, la sistematización y la coordinación de
evitar la muerte a toda costa. Sýn proviene del griego “unidos” junto con chrónos hacen referencia a la
palabra sincronización,
la cual es nuestro himno. TODOS PENSAMOS A LA VEZ, TODOS SOMOS A LA VEZ.
Ser el ejecutante del Odiur en la Comunidad de
los Sentidos es un trabajo arduo y sumamente puntual. Al diario vivir debía
levantarme antes que los demás ciudadanos y subir hasta la cumbre del cerro, la
vista panorámica valía por una paga extra, ya que, era esplendida la belleza de
los besos entre el mar y las rocas, en especial el Caribe. En ocasiones me
perdía entre el porvenir de las olas y atrasaba la sincronización por unas
cuantas micras. Aún así todo tiene su merecida recompensa, a los pocos minutos
de resonancia se estaría recibiendo gran cantidad de porciones de alimentos y
productos que serán repartidos 75% entre los ciudadanos y 25% almacenados para
la hora del intercambio con Nuevo Infinito.
Sýn es actualmente el mayor productor agrario, detrás de los muros al menos 5.000
acres fueron destinados para el cultivo y al vernos beneficiados por el absurdo
tamaño de los vegetales era mucho más sencillo el transporte y cuido de los
mismos.
Como sociedad era necesario un líder o cabecilla.
Nuestra guía y sacerdotisa, siempre fue sabia, cuidadosa y elocuente a la hora
de hablar, una mujer que no aparenta las 20 lunas, ni los 40 días, nadie
conocía su verdadera edad, ni su procedencia, sin embargo Razón de Soberbia nos
sacó del caos para alimentarnos y crear la sociedad que somos hoy. Razón de
Soberbia cumple y dirige el manifiesto de paz firmado por todas emociones del
pueblo. El manifiesto consiste en traer diariamente imágenes y esculturas del
extranjero, los habitantes al mirarlas sufren una regulación inhibitoria del hambre
y caen en saciedad completa, en otras palabras es efecto antagonista a mi labor
y es estratégicamente utilizada en los momentos de gran caos del pueblo, este
caos es producido por los altos puntos de actividad energética que se obtiene
en la exhaustiva y frecuente alimentación. Según el manifiesto se proclama un
intercambio del 25% de los alimentos cultivados en las huertas por pinturas y
obras de arte elaboradas en Nuevo Infinito.
Sýn contenía las esculturas anatomías más
abstractas del planeta, figuras de animales, hombres y mujeres se combinaban en
seres unisexuales y zoomorfos, de los cuales sus pechos emanaban las fuentes
del más dulce néctar ofrecido. Una serpiente envolvía el cuerpo de la madre
loba. Rómulo era Ícaro cayendo del Olimpo y Remo un capataz en la huerta de
Júpiter. Los brazos de Venus pendían del parlamento y sostenía a Neptuno que
castraba a sus hijos gigantes más allá del mar. Del rompecabezas nació El
Abstraído, fascinantemente era la escultura simbolista de la comunidad, postrada
sobre la plaza pública en un edén de pan y cannabis.
No obstante, el universo seguía su rumbo hacia la
estabilidad y un día todo cambió, inesperadas situaciones se presentaron a la
vez, la sequía más grande de la época tuvo un impacto directo en los cultivos,
ni las plagas egipcias eran comparadas con la inanición del Sýn. Las tierras
y huertos se volvían polvo al tacto. Las reservas mantenidas en grandes
barriles de cristal era lo único que quedaba de alimento, según los cálculos
del Consejo Supremo las bodegas almacenaban no más de dos semanas para dar de
comer a los ciudadanos con lo justo y necesario. El calor era semejante a tener
el sol junto a la luna, la plaza pública era una parrilla pública y los hombres
un animal más para asar.
Se sabe que las sequías siempre causan problemas,
pero en está ocasión fueron más que temas de salud y resistencia. Las personas
estaban perdiendo la sincronización y sus roles dentro de la comunidad fueron
alterados drásticamente, se veía venir una revolución y más cuando todos
pasaban de trabajo y hambre, a exigencias furiosas y huelgas descontroladas. El
Nuevo Infinito se
hallaba en desgracia, el Consejo Supremo decidió romper el acuerdo entre los
pueblos, recuerdo que en los límites se podía ver filósofos y escultores
muriendo de caquexia. Bárbaramente algunas personas cayeron en canibalismo,
ciertamente no hubo compasión por nuestros vecinos. De repente todo empeoró y
las alarmas de metal chillaron, esto solo podía significar una cosa, la Ira del
Nuevo Infinito
iba a atacar.
Aunque estaba prohibido conocer acerca de los
Neoinfinitences, mi madre relataba historias de sus personajes. Ira era la
representación del caos dentro de la Comunidad de los Sentidos. Según las viejas
lenguas era un hombre anciano, arrugado y pálido, de largo y plateado cabello,
con cicatrices en todo su cuerpo, pues fue mutilado por sus atrocidades, su
expresión era maligna y corrompida por todo el odio humano. Dicen que fue
rearmado sobrenaturalmente por un maestro ocultista y si es de dudosa
procedencia este impuro humano, cae la lógica que el mismo se sanó en el
calabozo debajo de la plaza Espiral en el centro del Nuevo Infinito.
Mamá contaba que Ira no era un hombre, ni un fantasma, ni un dios, ni un
demonio, era simplemente el impulso de la demencia en pleno caos.
Las alarmas de metal eran bandas colocadas a lo
largo de los muros de la ciudad y solo sonaban cuando Ira despertaba y se
apoderaba de la sincronización. Decía que la demencia era un mito y las alarmas
que nunca sonaban; una decoración en forma de láminas de espejos metálicos
obsequiados por los Neoinfinitences. Pero no hay mito, ahora comprendo la
severidad del problema, pues la densidad del sonido era muchísimo más agudo e
impactante que el de El Odiur, un chillido paralizante y escalofriante, el
grito de la Ira.
Fue entonces cuando llegó la noticia de que la
señorita Razón de Soberbia entraría en acción, al parecer ella aplicaría su
lógica y elocuencia para calmar a Ira, aun así dentro de la máquina de
pensamientos no todo sale según lo planeado.
Razón se plantó fuerte y valientemente ante Ira,
lo llevó más allá de los muros de Sýn y Nuevo Infinito, en un campo desértico
cerca del Pacifico. Ella sabía que su vejez era obstáculo y que sus teorías,
tácticas y análisis iban a ser destruidos por Ira en cualquier momento, convocó
todos sus conocimientos y hasta hechizó algunos conjuros de un libro medieval y
deshojado, todo fue en vano, el calor, el hambre y la deshidratación la sofocaban.
Fue una imagen cruda, grotesca e impune ante los ojos de cualquier Sapiens.
Inerte su cuerpo permanecía allí tirado, tierra y sangre vestían su descubierto
cuerpo, sus ojos se veían cada vez más desorbitados, secos y amarillentos, sus
labios partidos parecían que diría algo, pero solo murmullos de dolor se
entendía. La herida en su pecho se apreciaba abierta y desgarrada, es como si
el corazón fuese arrancado con las uñas y dientes, se lograba ver venas y
capilares al descubierto y sobre ella a unos 15 metros volaban aves carroñeras
que anunciaban su muerte en ronda diurna. El clima era sumamente pesado y su
cuerpo desnudo se notaba quemado por ampollas y burbujas de relieve
pronunciado.
Esta fue la pintura de oleo que ese día nos
mostró el Nuevo Infinito, no sé si fue una burla o una advertencia, pero venía
firmado por Ira y junto al cuadro una carta dirigida a mí. Quedé totalmente
sorprendido al verme involucrado, ahí me hallaba yo. El Hambre de la Comunidad
de los Sentidos, frente al Consejo Supremo. Esposado, escupido y juzgado como
un criminal. Pues la carta decía:
“Hambre, hijo de mi sangre. Vuelve al trono que
pertenece a tu mano, los anillos del volcán están en tu lengua y el viejo
ermitaño de los dará, con ellos puedes venir como la Gula del sistema y tu
madre la nueva Lujuria del parlamento. Venid hijo, que los secretos del rey se
te será heredados y así podrás ser tú, el verdadero Artilugio de esta máquina
de pensar.”