La persistencia humana llega al
vicio.
A enfermedades caóticas para el
alma,
tiene como su mayor virtud
perder el tiempo
en una obsesión por detalles
intangibles,
o tangibles como un hoja que
solía ser verde.
Espacio entre multitudes.
Tiempo precipitado.
¿Para qué me pregunto?
En la crudeza pienso.
Venimos de dos mundos diferentes,
pero llegaremos al mismo cielo.
Condenados a vivir sueños en
abismos.
Aguja y reloj,
arena y gravedad,
sol y sombra.
Liturgias vanas se
aclaman.
Atascos en augurios y solemnes
religiones.
Ayúdame ángel sin alas,
creen en mí y cierra las bocas.
Mátame, sálvame.
Coróname tu bufón y seré la risa
entre la sociedad de vanguardia,
pero antes corta el lanzo
terrenal
y así seré libre de energía para vos.
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